Hay días en los que apetece un arroz meloso de los que reconfortan de verdad, de esos que llenan la cocina con aroma a mar y a fuego lento. Este arroz meloso con pulpo y gambones (o gambas) tiene ese punto cremoso que hace que todo el mundo acabe mojando pan sin darse cuenta, y un sawbor que recuerda a las comidas que se disfrutan sin mirar el reloj.
Lo mejor es que no es un plato complicado: el pulpo, los gambones y un buen sofrito hacen casi todo el trabajo. El arroz se va empapando del caldo como si supiera lo que tiene que hacer, y tú solo tienes que ir acompañándolo, sin prisas, para que quede en su punto. De esos platos que se agradecen en la mesa y que se comparten con gusto.
Y si después te quedas con ganas de seguir probando recetas de este estilo, tienes opciones igual de apetecibles: este arroz meloso con calamares o el arroz con pulpo, que siguen la misma esencia mediterránea y ese cariño tan nuestro por los arroces bien hechos. ¡Por ahora, ponte el delantal que empezamos!
Antes de encender el fuego, tómate un momento para dejarlo todo listo. Se cocina mucho mejor cuando no vas corriendo detrás de los ingredientes. Limpia y corta las alcachofas quedándote con el corazón, pica el puerro, el pimiento verde y los ajos, y ralla el tomate pera. Los calamares mejor en anillas y el pulpo cocido en rodajas hermosas, que luego se agradecen en el plato.
Y si te apetece variar otro día con un toque más montañero, échale un ojo a este arroz mar y montaña.

Pon una cazuela al fuego con un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y deja que las cabezas de los gambones suelten toda su esencia. Presiónalas un poco, como quien exprime hasta la última gota, y retíralas cuando estén doradas. Es un paso sencillo, pero te aseguro que marca la diferencia: aquí empieza el sabor del mar.

Aprovecha ese aceite lleno de sabor y marca los trozos de pulpo cocido apenas un minuto o dos. No buscamos tostarlos, solo que despierten y cojan un poquito de carácter. Cuando estén listos, los retiras y los dejas esperando su turno.

Ahora les toca a las alcachofas. Fríelas a fuego suave unos minutos, hasta que estén tiernas pero con un puntito dorado. Vigílalas, que las alcachofas tienen ese don de quemarse cuando te giras medio segundo. Cuando estén a tu gusto, las reservas también.

En esa misma cazuela, añade el pimiento verde, el puerro y los ajos. Aquí no hay prisa: deja que se pochen poco a poco hasta quedar suaves. Esta base es la que sostiene el sabor del arroz, como el cimiento de una casa bien hecha.

Cuando las verduras estén tiernas, incorpora el tomate rallado y deja que se cocine hasta que pierda toda el agua. Este es uno de esos momentos en los que la cocina empieza a oler a receta seria. Cuanto más se concentre el tomate, más redondo quedará todo.

Añade los calamares troceados y dales un par de minutos. Después, suma una cucharada de pimentón dulce y remueve rápido, que ya sabes que el pimentón tiene ese carácter impulsivo y se quema en cuanto te descuidas. Aquí el aroma ya empieza a prometer.

Es el momento de darle vida al guiso: vierte el fumet de marisco bien caliente y la infusión de azafrán. Sube un poco el fuego y deja que todo empiece a hervir. Poco a poco, este caldo se irá llenando de matices.

Con el caldo ya burbujeando, devuelve a la cazuela las alcachofas y los trozos de pulpo. No te imaginas lo bien que se llevan estos dos con el caldo marinero. Dales unos minutos para que vuelvan a mezclarse.

Prueba el caldo y ajusta la sal a tu gusto. Luego incorpora los 220 g de arroz especial para caldosos y melosos La Fallera y dale un meneo suave. Déjalo cocinar a fuego medio unos 15 minutos, sin forzar, dejando que el arroz haga su trabajo.

Al llegar a los 15 minutos, suma los gambones pelados. Con tres minutitos tienen más que suficiente para cocinarse y aportar ese último toque marinero sin quedar duros.

Apaga el fuego y deja que repose tapado unos cinco minutos. Este ratito es casi mágico: el arroz termina de absorber el caldo y queda con esa textura melosa que tanto nos gusta. Ya solo falta llevarlo a la mesa y disfrutarlo como se merece.

Preparar un arroz meloso con pulpo y gambones es de esas cosas que te recuerdan por qué merece la pena cocinar en casa: une sabor marinero, tradición y ese puntito de melosidad que hace que todo el mundo vuelva a por más. Si usas buenos ingredientes y le dedicas un poco de mimo a cada paso, el resultado es un plato lleno de matices, de los que dejan la cocina oliendo a algo especial.
Y si te quedas con ganas de seguir explorando recetas con alma mediterránea, prueba este arroz caldoso de rape y langostinos o el siempre resultón arroz frito gambas.
Al final, con La Fallera, cada receta es una excusa para disfrutar y cada grano cuenta.