Si buscas un arroz sabroso, abundante y que te haga sentir como en casa, este arroz con magro y verduras es justo lo que necesitas. Es de esos platos que no fallan: combina carne tierna, verduras que aportan color y un fondo de sabor que recuerda a los guisos de siempre. Nada complicado, nada rebuscado… solo cocina honesta y rica.
Lo mejor de esta receta es que parte de ingredientes sencillos, de los que solemos tener por casa, pero cuando se juntan en la cazuela pasa la magia: el magro se vuelve jugoso, las verduras se integran en el caldo y el arroz lo absorbe todo para quedar en su punto. Con un poco de mimo, sale un platazo que invita a repetir.
Y si te apetece seguir descubriendo nuevos sabores, prueba este arroz con cocochas de bacalao o el arroz alicantino con salmorreta. Dos recetas diferentes, pero con ese toque mediterráneo que nunca falla.
¿Listo para ponerte el delantal? Vamos juntos paso a paso y verás qué arroz más completo y sabroso te sale.
Antes de encender el fuego, deja todo listo. Corta el magro de cerdo en dados medianos, pica la cebolla y los ajos tiernos, y corta los pimientos en tiras. Ralla el tomate y ten el caldo de cocido y jamón caliente para cuando toque añadirlo. Parece un detalle menor, pero tenerlo todo preparado te da una calma que se nota mucho al cocinar. Igual que cuando haces un arroz con pollo al horno, este paso te ahorra prisas y despistes.

Calienta un buen chorro de AOVE en la paella y añade el magro. Dale un golpe fuerte de fuego para que se dore bien por fuera, pero sin pasarte, que no queremos que se quede seco. Cuando tenga ese colorcito tostado que huele a gloria, llévalo hacia los bordes de la paella para que no siga cocinándose directamente en el centro.

En el centro de la paella, incorpora la cebolla, el pimiento rojo y el pimiento verde. Déjalos pochar a fuego medio, removiendo con cierta paciencia. Cuando empiezas a oler ese perfume dulce del pimiento y la cebolla, sabes que vas en buena dirección.

Cuando las verduras estén blanditas, añade el tomate rallado y deja que reduzca poco a poco. Tiene que perder el agua y concentrarse, hasta quedar como una base densa y brillante. Ese es el corazón del sofrito.

Añade los ajos tiernos y saltéalos un momento, justo lo necesario para que suelten aroma. Luego incorpora el pimentón de la Vera y remueve rápido. Este paso dura segundos, pero define el sabor del arroz, así que mejor no distraerse.

Añade el caldo de cocido y jamón bien caliente junto con la infusión de azafrán. Sube el fuego y espera a que rompa a hervir. Aquí empieza a unirse todo: el caldo absorberá el sabor del magro, las verduras y el pimentón, y será el encargado de darle vida al arroz.

Reparte el arroz redondo La Fallera por toda la superficie de la paella con una cuchara de madera. A partir de aquí, déjalo tranquilo: nada de remover. Cocina a fuego medio-alto durante 16 minutos, vigilando que el grano quede tierno pero sin pasarse.

Cuando termine el tiempo de cocción, apaga el fuego y cubre la paella con un paño limpio. Deja que repose unos 5 minutos. Es el momento mágico en el que el arroz se asienta, el caldo termina de integrarse y todo alcanza su punto perfecto para llevarlo a la mesa.

Preparar este arroz con magro y verduras es casi como volver a esas comidas de siempre: sencillas, abundantes y llenas de sabor casero. Con ingredientes humildes y pasos claros, sale un plato colorido, sabroso y de los que hacen que todos se sienten a la mesa sin llamarles dos veces.
La clave está en un sofrito bien hecho, un caldo con personalidad y un arroz de buena calidad. Cuando cuidas esos tres detalles, el resto viene solo. Al final, lo que parece una comida de diario se convierte en un momento especial… y eso es lo bonito de este tipo de recetas.
Si te quedas con ganas de seguir probando arroces, aquí tienes dos ideas que nunca fallan: este arroz meloso con calamares o este arroz con verduras lleno de color y sabor. ¡Sigue cocinando con La Fallera!