El arroz a la milanesa, conocido en Italia como “risotto alla milanese”, es un plato tradicional del norte del país que destaca por su color dorado y su sabor delicado a azafrán. Cremoso, reconfortante y lleno de carácter, esta receta es todo un clásico que demuestra que, con buenos ingredientes y una técnica sencilla, se puede lograr un resultado de restaurante en casa.
Con el arroz redondo de La Fallera, que absorbe perfectamente los líquidos sin perder su estructura, y un buen caldo de ave, se obtiene una textura melosa perfecta. El toque final del queso parmesano y la mantequilla crea esa untuosidad característica que hace de este risotto una experiencia única.
Y si te apasionan los risottos, no dejes de probar el risotto de boletus o el irresistible risotto de frutti di mare. Dos versiones igual de sabrosas con el sello de calidad de La Fallera.
Ahora, sigue leyendo y descubre cómo preparar paso a paso este emblemático arroz italiano.
Antes de comenzar, mide con precisión 360 g de arroz redondo La Fallera, que será la base del risotto. Este tipo de grano es ideal por su capacidad para absorber caldo y liberar almidón, consiguiendo la textura cremosa que caracteriza al arroz a la milanesa.
Pela y corta la cebolla en brunoise para que se integre bien en el sofrito sin sobresalir. Ralla 100 g de queso parmesano y ten listos 50 g de mantequilla para el mantecado final.
Prepara también 200 ml de vino blanco seco, 900 ml de caldo de pollo caliente, 14 hebras de azafrán que deberás moler ligeramente, pimienta negra y sal al gusto.
Derrite la mantequilla en una olla a fuego medio y añade la cebolla cortada en brunoise. Sofríe durante varios minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que la cebolla esté blanda y transparente.
Este paso es clave para desarrollar una base de sabor profunda y delicada.
Agrega el arroz redondo La Fallera y remueve durante unos 2 minutos para nacararlo. Este paso ayuda a sellar el grano y a prepararlo para absorber el caldo sin romperse.
Vierte el vino blanco y cocina hasta que el alcohol se haya evaporado por completo. El arroz debe absorber el vino casi en su totalidad antes de continuar.
Incorpora el caldo de pollo caliente cazo a cazo, removiendo constantemente para liberar el almidón y lograr esa textura melosa característica del risotto.
Espera a que el arroz absorba cada porción de caldo antes de añadir la siguiente. Este proceso requiere atención y mimo, pero el resultado lo vale.
Mientras el arroz se cuece, muele ligeramente las hebras de azafrán e incorpóralas a la olla a mitad de cocción. Añade también una pizca de pimienta negra recién molida y ajusta de sal si es necesario.
Cuando falten unos 3 minutos para terminar, incorpora el queso parmesano rallado y remueve para integrarlo. El queso aportará cremosidad, sabor y una textura envolvente al risotto.
Una vez el arroz esté en su punto, apaga el fuego y deja reposar 5 minutos antes de servir. Este breve reposo permite que los sabores se asienten y que el risotto gane aún más cremosidad.
El arroz a la milanesa es mucho más que un risotto: es técnica, tradición y sabor concentrados en un solo plato. Con ingredientes sencillos y un poco de mimo, puedes lograr un resultado cremoso, elegante y lleno de carácter. Y con la calidad del arroz de La Fallera, el éxito está asegurado.
¿Quieres seguir explorando el mundo del risotto? Te recomendamos probar el risotto a la carbonara o atreverte con el sofisticado risotto de pera y gorgonzola. Recetas diferentes que también giran en torno a lo más importante: el arroz bien tratado.
Porque cuando una receta se hace con cuidado, se nota en cada cucharada. Y si es con arroz La Fallera, todavía más.