Ubicadas en el municipio de Silla, en la comarca de l’Horta Sud, las instalaciones de arroz La Fallera reciben, desde 1997, la visita anual de entre 1.500 y 2.000 alumnos matriculados en colegios valencianos. Esta iniciativa está pensada para estudiantes de primaria como parte de sus salidas educativas, una estrategia de enseñanza que les ayuda a aprender de la manera más amena y divertida.

Cada curso lectivo se programan un total de entre 25 y 30 rutas guiadas, y de esta manera los niños disfrutan de un recorrido inolvidable por la fábrica en el que descubren, paso a paso, todo el procedimiento de obtención del arroz: desde la recolección hasta el empaquetado. Allí también conocen el funcionamiento de la maquinaria utilizada. Especialmente, aprenden la función de la peladora (que elimina la cáscara del cereal), la blanqueadora (que cambia el color de los granos hasta convertirlos en blancos) y la separadora (que aparta los granos rotos de los enteros).

Además, los niños se lo pasan en grande mientras toman nota de cómo el cereal se transporta en camiones y después se almacena en los enormes silos, ¡y experimentan con los productos de La Fallera!

Estas jornadas se plantean una vez terminada la campaña arrocera, que concluye a finales de octubre. Por otro lado, y en cuanto a la duración de la excursión, los alumnos recorren diversas áreas de la fábrica por la mañana, habitualmente de 10 a 12 horas, para regresar a la escuela sin alterar su horario habitual.

Una vez concluida la actividad, La Fallera obsequia a los escolares con diferentes productos. Pero antes, ¡los pequeños también demuestran su ingenio construyendo magníficas maquetas de la fábrica!

Los escolares valencianos visitan la fábrica de arroz La Fallera

Programa de la visita

Los curiosos aprendices realizan una primera parada en la báscula para pesar el arroz y después se adentran en el laboratorio, donde es tratado. Allí les espera un pequeño molino y observan cómo se analizan las muestras de grano con sus cáscaras, procedentes de los camiones.

En el laboratorio los niños también aprenden a controlar la humedad y la calidad del grano, a secarlo con aire caliente y limpiarlo. Una parte importante de esta ruta es entender el papel tan importante que juegan en el tratamiento del arroz tres clases de máquinas: la descascarilladora (o peladora), la blanqueadora y la separadora.

El personal encargado de la visita también les explica cómo se efectúa el control diario del arroz blanco procedente de los silos, durante el cual se analiza el porcentaje de granos defectuosos. De hecho, si hay un lugar de la industria que sorprende a grandes y pequeños, esos son los imponentes silos. Verlos de cerca es uno de los momentos favoritos de los niños, pues es en estos enormes depósitos donde se almacena el arroz después de su descarga en la tolva y la criba para eliminar impurezas.

¡Es hora de adentrarse en el molino! En esta parte de la ruta entran en acción las herramientas más importantes: la descascarilladora, la blanqueadora, la separadora y la máquina de color. Gracias a ellas y a los métodos que desempeñan, el arroz llega a nuestros envases limpio, sin cáscaras y con ese aspecto blanco y brillante que lo caracteriza.

La última fase de este interesante proceso, que abarca desde la recolección del arroz en los campos que rodean la Albufera hasta su puesta a la venta en los supermercados, es el envasado. En esta área de la fábrica concluye el recorrido guiado, pero antes los escolares ven de cerca cómo la envasadora configura el paquete de arroz a partir de una lámina que se cierra por calor, cómo se rechazan los envases que no cumplen con un determinado gramaje (mediante la controladora de peso) y cómo el detector de metales descarta aquellos lotes que contienen partículas férricas.

¡Aprender sobre los productos que cultivamos y consumimos nunca fue tan emocionante!