Lo ideal es tomarse el tiempo necesario para limpiarlas correctamente. La técnica del agua con sal es la más utilizada y probablemente la mejor. Tendrás que dejar las almejas en remojo en un cuenco con agua y sal gorda preferiblemente, durante aproximadamente unas dos horas. Si queremos acelerar un poco el proceso, podemos utilizar un grifo o manguera para hacer pasar el agua fría a presión por las almejas en vez de dejarlas en remojo.